Yo bebo mucho vino francés, y no necesariamente caro. Juan Manuel Bellver

Por Xavier Agulló

Fervoroso de los vinos franceses y su difusión (y praxis) en España a través del periodismo y de la pedagogía lúdica, este madrileño que siempre se soñó parisino nos abre las puertas de Lavinia, la gran enoteca que dirige y la que marca el camino de la sensibilidad vinícola gala, tanto con sus grandes clásicos como avanzando sus últimas y audaces tendencias de culto. 

Lavinia

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Por la sangre y la mente de Juan Manuel Bellver Francia corre tumultuosa como el Ródano. Su bisabuelo, francés del Valle del Marne, llegó a España para vender vino y, a pesar del fracaso del negocio, decidió quedarse. Desde entonces, toda la familia Bellver ha “hablado” en francés. Resulta entonces obvio que estudiase en el Liceo Francés de Madrid y que pasase, de joven, largas temporadas en París. Luego transitó por el rock and roll y fue apasionado del periodismo gonzo, hasta que Francia y la gastronomía… y los vinos ya fueron su único horizonte. Tras ejercer de periodista gastronómico en diversos diarios como El Mundo (Premio Nacional de Gastronomía 2001), fue nombrado corresponsal de ese último medio en París y, tras cinco años en Saint Germain, ante el cierre de la corresponsalía, regresó a Madrid y, desengañado del sector, aceptó el reto que le propuso Lavinia: ser director ejecutivo de la marca en España.

La jugada no pudo estar más coordinada. “Me decepcionó que mi periódico cerrara una corresponsalía fundamental, la de París, y decidí dar un giro a mi vida. Justo entonces, me llamaron de Lavinia, compañía con la que había colaborado mucho a lo largo de los años”. Lavinia, que cuando abrió en Madrid en 1999, justo en la misma calle en la que vive Bellver, se enorgulleció de ser la tienda de vinos más grande de Europa (1000 m2), fue para Juan Manuel el dream come true.

Los presupuestos de la tienda delatan el gusto personal y contemporáneo de Juan Manuel: “Rigurosa conservación y trazabilidad de los vinos; formación exhaustiva del personal (todos son sumilleres o enólogos); y una gama de productos, con mucha importancia francesa (25% y presencia de todas las regiones, con precios desde los 15 a los 30.000 €), que va desde España y el mundo hasta la biodinámica y las regiones emergentes”.

Con el champagne como “superventas” de Lavinia –“en tercer lugar, tras Rioja y Ribera”-, Bellver se lamenta no obstante de la “preocupante situación que vive España en cuanto al consumo del vino, especialmente si nos comparamos con Francia, Italia o Portugal. En cambio, somos número uno en cerveza y destilados”. La culpa de esta situación casi sistémica, precisa Juan Manuel, “es de los productores, que buscan demasiada comercialidad, y de los comunicadores, periodistas especializados y sumilleres, que utilizan un argot críptico para el gran público”. En este sentido, es famoso un T-shirt creado por el afamado chef Sacha (Sacha, Madrid) que reza: “Que no se acerque el sumiller”.

La crisis de la pandemia, una oportunidad para el vino

Curiosamente, la pandemia ha constituido todo un revulsivo para el vino en España. “Ha crecido mucho el consumo en el hogar -aunque haya bajado, claro, en hostelería-, un 15,2% en el primer año, y en referencia a los vinos franceses, la Covid no les ha afectado en absoluto: son vinos para una clientela buena y curiosa”. La crisis sanitaria nos ha impedido viajar, entonces “hemos viajado con el paladar”, ríe Bellver. En Lavinia han triunfado “los tesoritos entre 20 y 40 €, de regiones como el Sur de la Borgoña, el Loira, el Jura, la Provenza, la Alsacia, el Ródano, porque es más fácil aventurarse en lo desconocido a precios democráticos”.

Bellver lleva tiempo escarbando en la Francia de los pequeños vignerons, porque en España “la nacionalidad ya no es un escollo y hemos visto que estos vinos diferentes son un boom”. Por otro lado, y una vez más “gracias” a la pandemia, “muchos jóvenes se han fascinado por el vino y han descubierto lo fácil que es adquirirlo online, un formato que ha venido para quedarse”.

Las nuevas generaciones, cree Juan Manuel, “beberán más vino, pero hay que tener en cuenta las macro tendencias en el sentido de ‘facilidad’ organoléptica, trago largo, sin maquillaje, auténticos y adecuados a una cocina cada vez más verde, de ahí el gran éxito de los blancos y el champagne, producto en el que España está en el top ten mundial. Se acabaron, pues, los vinos sin alma, sobre madurados y que no expresen un terruño”.

Juan Manuel se dice optimista, “aunque las cosas van lentas”. Y remata: “Yo bebo mucho vino francés, y no necesariamente caro”.

Lavinia
C/ Ortega y Gasset, 16
Tel. 914 26 06 04
Madrid

Colaborador

Xavier Agullo
Xavier Agulló

Periodista

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