La escena vinícola del Jura ¡Siempre en plena forma!

Por Pierrick Jegu

El Domaine de la Pinte, actor histórico de la región vitivinícola del Jura, ha demostrado una increíble capacidad de adaptación a su época. Aún hoy, sigue siendo sin duda una de las fincas más interesantes de la región. ¡Así lo comprobamos in situ! 

TFM_Domaine de la Pinte

© Louis-Laurent Grandadam

Puede que el Jura haya tardado en revelarse al gran público, pero hace tiempo que esta región avanza al ritmo de unas fincas que son todo un referente. Al salir de Arbois en dirección a Poligny, dos grandes casas se alzan a la izquierda, en medio de laderas de viñedos. Así nos recibe el Domaine de la Pinte, una de las fincas históricas de la región, donde Roger Martin levantó los cimientos en 1953, antes de lanzarse a la elaboración de vino a partir de 1959. Su familia, instalada en Dijon, sigue siendo la propietaria de las tierras. Por este motivo, las vigila muy de cerca y tiene una gran confianza en quienes velan por su buen funcionamiento diario. Entre ellos, Emmanuelle Goydadin, jefa de bodega y enóloga, y François Duboz, responsable de la explotación. 

© Louis-Laurent Grandadam

Un enfoque ecológico precoz 

«La Pinte», que lleva el nombre del lugar, es una finca ecológica desde 1999 y biodinámica desde 2009 y abarca una treintena de hectáreas de viñedo, situadas en su mayoría en los alrededores de la bodega, en terruños con muchos matices y accidentes suaves. Algunas están dominadas por margas azules o rojas, otras, más frías, mezclan margas y calizas. François Duboz lleva un año en el puesto y sigue perpetuando un trabajo muy riguroso en el viñedo, adaptando los principios de la biodinámica al contexto local y pensando en adaptar su trabajo al cambio climático. Para evitar un desborre demasiado precoz, que expone las primeras yemas a las heladas primaverales, está cambiando su sistema de poda para retrasar un poco el ciclo de las variedades de uva tempranas. 

© Louis-Laurent Grandadam

Un trabajo delicado en la bodega 

Procedente de Alsacia, Emmanuelle Goydadin trabaja aquí desde hace una docena de añadas. ¿Qué busca en los vinos? La finura, la elegancia y la representación del terruño, en particular a través de tres cuvées de parcelas, las demás elaboradas a partir de parcelas diferentes. Y no se trata de estropear en la bodega la hermosa materia prima cosechada en el viñedo, y mucho menos de maquillarla. Para ser fiel a su filosofía, esta enóloga destierra todo intervencionismo, el bombeo violento y la adición de insumos, a excepción de dosis muy limitadas de sulfitos, y, sobre todo, deja que el vino adquiera tranquilamente estabilidad y serenidad. Esta fase de crianza tiene lugar en barricas o en impresionantes toneles, alineados ordenadamente en una bodega abovedada absolutamente magnífica. Un lugar tranquilo, perfecto para que el vino se desarrolle... Así lo demuestra la cata de algunas de las añadas en la bodega bellamente dispuesta: los blancos —savagnin, en la mitad de la superficie de la finca, chardonnay y melon à queue rouge para el resto— y los tintos —trousseau, poulsard, pinot noir— muestran una gran cercanía al terruño y a las uvas. Avisado quedas: los tienen todos a la venta en la tienda de la finca, situada en el corazón del encantador pueblo de Arbois.  

© Louis-Laurent Grandadam

La selección de Taste France Magazine 

Arbois Pupillin, Melon à queue rouge 2021 
El melon à queue rouge, una antigua variedad de chardonnay, da un vino de gran intensidad, sin exuberancia... No dudes en esperar unos meses antes de disfrutarlo con embutidos, carnes blancas o, por qué no, truchas; el tiempo suficiente para que se suavice sin perder su frescor. 

Arbois – «La Capitaine» 2019 
50 % poulsard, 25 % pinot noir y 25 % trousseau son los ingredientes de este vino tinto que mantiene su promesa de sinceridad y suavidad. Perfecto para acompañar carnes rojas preparadas a la parrilla o a fuego lento. 

Arbois, Trousseau 2020 
Esta cuvée se vinifica y madura de la forma más sencilla posible, solo en cubas; es decir, que no se somete a una crianza en barrica. Se concibió como un vino flexible y dinámico, y cumple su misión a la perfección. ¡Sobre todo como aperitivo o para acompañar la carne de cerdo! 

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