Alimentos ecológicos en los platos de nuestros hijos

Por Jill Cousin

En aplicación de la ley francesa de 30 de octubre de 2018, a partir del 1 de enero de 2022, al menos el 50 % de los productos servidos en los comedores escolares franceses debe proceder de la agricultura sostenible. Algunos establecimientos van más allá y ahora ofrecen menús 100 % ecológicos, cada vez más procedentes de la agricultura local, lo cual supone un gran avance. 

Green lines: Organic food on our children’s plates

Cada mediodía, en la École du Domaine du Possible, situada en el corazón del Parque Nacional de la Camarga, en el sur de Francia, los niños disfrutan de un almuerzo elaborado por el chef con productos cultivados en parte por el equipo de horticultores del establecimiento. En el menú, los huevos también proceden del centro y de sus gallinas. En este establecimiento privado, fundado por Jean-Paul Capitani y Françoise Nyssen, exministra francesa de Cultura, la transmisión culinaria se considera parte integrante del proyecto educativo. Otros colegios, esta vez públicos, llevan tiempo integrando en sus platos la comida ecológica y de «circuitos cortos». Desde 2004, en el pequeño municipio de Langouët, en Bretaña, las comidas que se sirven a los niños pequeños del municipio son 100 % ecológicas, desde la sopa de fideos hasta las natillas de caramelo, pasando por el filete de pollo con nata y las verduras a la plancha. 

Estos ejemplos ya no son excepciones. En aplicación de la ley francesa de 30 de octubre de 2018, a partir del 1 de enero de 2022, al menos el 50 % de los productos servidos en los comedores escolares franceses debe ser sostenible, de calidad, y el 20 % procedente de la agricultura ecológica. Además, se ha introducido una comida vegetariana semanal obligatoria, lo cual supone un paso importante, dado que la alimentación de las generaciones futuras supondrá un reto en los próximos años. Entonces, ¿cómo podemos mantener los precios bajos y seguir avanzando en la transición hacia lo ecológico? El principal problema es el suministro. El municipio de Langouët ha optado por trabajar con un grupo de agricultores locales que suministran al comedor verduras frescas todos los días. En la École du Domaine du Possible, Emmanuel Lafaye, el ganadero de ovejas vecino, suministra regularmente al comedor escolar yogur de oveja. «Hemos establecido asociaciones a largo plazo. Cuando me sobra carne de cordero, a veces se la vendo a un precio reducido al comedor de la École du Domaine du Possible, donde van mis hijos. No creo que haya nada que me alegre más que saber que nuestros hijos comen alimentos ecológicos y saludables. ¡Son los futuros actores de la transición ecológica!».   

Para mantener los precios, el suministro no es el único medio. También es esencial reducir el desperdicio de alimentos. Servir raciones más pequeñas, enseñar a los niños a calibrar su apetito o simplemente favorecer las comidas vegetarianas son otras formas de conseguir una alimentación 100 % ecológica en los comedores dentro de unos años. 

Esta evolución positiva puede observarse en otros países europeos. Por ejemplo, Italia impulsó esta iniciativa ya en 1986. Alemania comenzó con los comedores universitarios en 1993, según Agence Bio, y, en la actualidad, la mayoría de las universidades del país utiliza productos ecológicos. Por su parte, Suecia utilizó una media del 23 % de productos ecológicos en sus colegios en 2013. Así podremos mirar al futuro con una sonrisa. 

Colaborador

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