Entre la plétora de razones para amar el otoño, los sabores de temporada (y su maridaje con el vino) son las de mayor peso. Los amantes de la cocina cuentan los días para la llegada de esta época del año y los vinos que acompañan a estos sabores son igual de emocionantes.
En este artículo
Cuando llega el otoño, no faltan las setas, las hortalizas de raíz y los guisos contundentes, y estos platos piden a gritos un caldo igual de potente. Hemos reunido los diez maridajes otoñales por excelencia, ideales para mantener el calor durante toda la temporada. Prepara tus copas: ¡la temporada promete!
Sopa de calabaza - viognier (Ródano)
La sopa de calabaza y la viognier podrían ser el maridaje otoñal por excelencia. Los sabores dulces y sabrosos de las hortalizas de raíz se complementan perfectamente con las notas untuosas y florales de esta variedad. Para encontrar las mejores expresiones varietales de la uva, son imprescindibles las denominaciones septentrionales del Ródano, como Condrieu o Château Grillet.
Risotto de setas - pinot noir (Borgoña)
Las setas y el pinot noir van de la mano. Con independencia de que las disfrutes a la plancha o en un delicioso risotto, sus notas umami cobran vida gracias a los matices especiados y térreos de la pinot noir. Para un Borgoña tinto asequible con una buena relación calidad-precio, te recomendamos que optes por botellas de productores reputados.
Guisos de carne de vacuno - syrah (Ródano)
Los contundentes guisos de carne reclaman algo igual de robusto que resista su pesadez; por el ejemplo, la syrah. Las notas de pimienta y carne del vino acentúan los sabores del plato, y los amplios taninos del caldo, su brillante acidez y su sólida estructura contrastan armoniosamente en el paladar. En otras palabras, cada componente de este maridaje saca lo mejor del otro. Este es el maridaje otoñal en una de sus mejores formas.
Ñoquis con mantequilla tostada y salvia - chenin blanc (valle del Loira)
La chenin del valle del Loira es famosa por sus notas de manzana verde, miel y minerales, que combinan a la perfección con los sabores otoñales de una salsa a base de mantequilla tostada y salvia. La vibrante acidez del vino promete mantener el paladar saciado con cada bocado de ñoquis salteados que llegue a los labios. Olvídate de los espaguetis y la salsa de tomate: esta es la pasta que querrás este otoño.
Chili con carne - cabernet sauvignon (Burdeos)
Las recetas de chili con carne son numerosas y muy variadas. Sin embargo, la carne, la verdura y algún tipo de caldo suelen estar siempre presentes en este plato. Una botella de Burdeos de la ribera izquierda (donde predomina la cabernet) ofrece los taninos, la acidez y la estructura necesarios para resistir la fuerza del plato, independientemente de lo que se emplee para su elaboración. (Veganos y vegetarianos, no temáis: vuestros chilis sin carne, ya sean a base de lentejas, setas o alubias, exigen algo igual de contundente). ¡Imposible equivocarse con este maridaje!
Calabaza asada - chardonnay (Jura, Borgoña, Languedoc)
La chardonnay es una uva comodín, ya que básicamente crece en cualquier lugar y se puede vinificar en una gran variedad de estilos. Al igual que la calabaza, el calabacín y otras hortalizas de raíz cobran vida cuando se combinan con una botella de blanco rica, pero equilibrada. Para encontrar expresiones más redondas de la uva que no carezcan de acidez, aconsejamos a los productores de renombre del Jura, de Borgoña o de Languedoc (de esta última hay algunas opciones muy asequibles).
Ensalada de col rizada, manzana y boniato - riesling (Alsacia)
La col rizada, las ensaladas y otras verduras verdes suelen tener mala fama en el departamento de maridaje, ya que a menudo se consideran imposibles de maridar con un buen vino. Sin embargo, nada como la riesling para desmentirlo. La acidez brillante y los sabores cítricos de estos vinos alsacianos soportan los sabores amargos de la col rizada, el dulzor de las manzanas y la untuosidad del boniato. No se nos ocurre una opción mejor para los almuerzos otoñales saludables.
Tostadas de arándanos y queso brie - vino espumoso (Champaña, Crémant del Jura, del valle del Loira o de Alsacia)
Para un aperitivo otoñal en casa que promete impresionar, basta con meter un poco de brie en el horno, untarlo en una tostada, enriquecerlo con arándanos y servirlo con una copa de vino espumoso para calmar la sed. Las amplias cantidades de acidez y los matices lácteos de los vinos espumosos de método tradicional compensan la intensidad del brie, al tiempo que complementan deliciosamente los matices de cereales del pan casero. Las veladas de inspiración francesa en casa nunca supieron tan bien.
Boniato al horno con crema agria y cebollino - gamay (Beaujolais)
Nada sacia el paladar como una copa fría de gamay de Beaujolais. Los sabores agrios de los frutos rojos y la pimienta presentes en el vino combinan a la perfección con el dulzor del boniato, mientras que su amplia acidez equilibra el aspecto graso de la crema agria. Este plato puede parecer un acompañamiento, aunque la verdad es que estaríamos encantados de disfrutarlo para cenar sin pensarlo dos veces.
Crujiente de manzana con canela - vino de postre (Burdeos, valle del Loira, vinos del sudoeste)
Para un maridaje dulce y de temporada exquisito, nada como los postres a base de manzana (crujientes o tartas) y una copa de oro líquido de Burdeos (Sauternes, Barsac), el valle del Loira (Bonnezeaux, Coteaux du Layon, Quarts de Chaumes) o el sudoeste francés (Montbazillac y Jurancon, entre otros). Recuerda que, al maridar postres con vino, este último debe ser siempre más dulce que el plato en cuestión. Aunque cada uno de estos vinos se produce a partir de diferentes variedades de uva, todos cuentan con un elevado contenido de azúcar residual que promete sacar lo mejor de un postre a base de manzana. ¡Mejor aún si recoges las manzanas y preparas el plato en casa.
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