Vinos de Anjou: la nota precisa
El valle del Loira siempre ha producido una increíble variedad de vinos elegantes y frescos. Entre las variedades de uva que crecen aquí, la «chenin», con su sabor refrescante y su increíble versatilidad, lleva existiendo casi 1300 años. Nos dirigimos a la famosa «Route de Vins» para pedirle a un vitivinicultor de Anjou que nos cuente los secretos de este clásico tan poco conocido.

Los viñedos se extienden más allá de lo que alcanza la vista por las colinas onduladas de este frondoso valle salpicado de torreones, chapiteles e incluso un curioso château en el horizonte. «Nos encontramos en el Domaine des Coteaux Blancs de Anjou, con el Loira a nuestra espalda y el Layon al otro lado», dice Jannik Jarry Barault, mientras camina entre las hileras de espalderas. Tras sus gafas redondas, este joven de unos cincuenta años muestra una expresión decidida al contarnos con orgullo cómo se ha convertido en el cuarto de su familia en ejercer este oficio.
La reina de las blancas
Entre las más de 20 hectarias, brillan hileras e hileras de variedades de uvas, desde la cabernet franc o la cavernet sauvignon a pequeñas parcelas de la pineau d'Aunis, la grolleau y la gamay. Pero la estrella de este dominio es, sin lugar a dudas, la chenin blanc, una variedad vetusta de uva que lleva cultivándose desde el siglo IX.
Jannik, cuyo padre y hermano poseen sus propios viñedos no muy lejos del Domaine des Coteaux Blancs, adquirió la propiedad hace menos de tres años. Un verdadero hijo de la tierra, ha aprendido los entresijos del oficio de la mano de la experiencia al trabajar él mismo en los viñedos hasta los 22 años. «La ubicación protegida de esta propiedad y el terruño de esquisto favorece la elaboración de blancos secos», explica Jannik.

En efecto, la proximidad del río Layon concede un frescor a la uva que la hace ideal para producir los refrescantes pero infravalorados blancos que caracterizan esta región. Al estar enclavada entre dos ríos, el clima es más suave y está protegida de fenómenos adversos, como el granizo, que puede ser catastrófico para la vendimia. «Esta combinación de clima y terruño implica que siempre estemos innovando. Ahora podemos elaborar vinos de los que carecíamos de conocimientos hace unos cuantos años».
Esta parte del valle del Loira se llama Anjou-Saumur o valle medio del Loira. Aquí, los suelos de piedra caliza al este dan paso a suelos arenosos, calcáreos, de arcilla, granito o esquisto, cada uno de los cuales otorga características únicas a la uva que crece en ellos. No es de extrañar que la región albergue más de 27 denominaciones de vino distintas que abarcan blancos, tintos, rosados, espumosos e incluso vinos dulces.1 Un millón de hectolitros de vino se producen en esta región2 y la chenin ocupa un lugar de honor entre las variedades de uva blanca.

La fusión de la tradición y la modernidad
El sobrecogedor dominio de la variedad chenin en Domaine des Coteaux Blancs no implica la falta de diversidad, sino todo lo contrario. Tal y como explica Jannik, las cosechas de chenin se utilizan para elaborar vinos tan diferentes como el anjou blanc, que es un vino blanco intenso y seco, el coteaux de Layon, un vino dulce bien equilibrado, y el crémant de Loire, espumoso, que es una mezcla de la chenin y la chardonnay.
«Para hacer vinos blancos secos, vendimiamos cuando la uva está perfectamente madura, mientras que para los vinos dulces o de postre, dejamos que se desarrolle la botrytis, que es una forma de podredumbre noble que aumenta la concentración de azúcar en cada uva». Aquí en la propiedad, al igual que en muchas otras partes del Loira, los viñedos se gestionan al modo tradicional: las parras se podan a partir de diciembre y las plantas se cuidan con delicadeza durante el proceso de brotadura y floración. En un plazo de cien días desde la floración, los racimos de uva se evalúan científicamente para comprobar el alcohol y la acidez así como los niveles de PH: aquí es donde intervienen las técnicas modernas.
En función del estilo deseado, los vitivinicultores pueden elegir fermentar el mosto en acero inoxidable para obtener un perfil limpio y refrescante o en barricas de madera de roble para añadir complejidad y riqueza, como en el caso del Domaine des Coteaux Blancs. El proceso de envejecimiento puede variar considerablemente. Los vinos secos de uva chenin suelen embotellarse jóvenes, mientras que los estilos más dulces, como el vouvray moelleux, pueden dejarse envejecer varios años para que desarrollen sabores más profundos y complejidad. «Mi propósito es recrear siempre la misma sensación que tuve al probar por primera vez la uva ―afirma Jannik pletórico―, y no hay mayor placer que lograr compartir el vino resultante con los demás».

Levanta la copa
Con el cambio climático y las dificultades en el almacenamiento, la variabilidad en la cosecha está siendo un auténtico desafío para los vitivinicultores de la región, pero un 20 % de las 250 millones de botellas de vino elaboradas en el valle del Loira se destinan a la exportación.3
Según Jannik, la cosecha de 2023 fue abundante, lo que significa que es el momento de ir derechos a por vinos deliciosos y de alta calidad elaborados con la uva chenin, una variedad sencilla pero deleitosa que puede acompañar cualquier festín gastronómico. La sorprendente versatilidad de los vinos elaborados con la uva chenin los convierte en un acompañamiento extraordinario para la comida: las posibilidades de maridaje son verdaderamente infinitas.
Por ejemplo, la alta acidez y el sabor refrescante de los vinos secos los convierten en un aliado ideal para el marisco. Plantéate maridar un vino muy seco de chenin con ostras, marisco o un delicioso bogavante azul a la parrilla. Un crémant de Loire, por ejemplo, será un buen contrapunto para los sabores terrosos del plato y acentuará el frescor cítrico del aliño a la par que resalta el dulzor inherente de la carne del bogavante.
Del mismo modo, un chenin más dulce puede maridar bien con postres o contrastar a la perfección con sabores más salados, por lo que resulta ideal con platos de quesos. Sírvete un coteaux de Layon y observa cómo revela un perfil de sabor diferente con un aperitivo dulce, como estas tarrinas de pera, nuez y queso roquefort, un sabroso entrante, como esta ensalada de melón, queso azul y jamón, o un plato principal con toques terrosos, como los raviolis de queso azul de Auvernia, nueces y remolacha. Como se suele decir en el valle del Loira: cada sorbo te contará una historia. Los vinos con uva chenin tienen algo para todos los paladares, todas las ocasiones y todos los bolsillos, lo que ha hecho que esta variedad humilde, pero sofisticada se gane su lugar en la mesa. ¡Es hora de deleitarse con chenin!