En el ámbito de los vinos naturales, esta es una de las nuevas figuras de una zona vitivinícola que se merece mucho más que la imagen de su vino nuevo. Visita a su tierra, al sur de Mâcon. 

Julie Balagny, the Beaujolais successor

De París a Beaujolais 

Esta es la historia de una joven parisina, de origen burgués, con un deseo precoz de vivir en el campo. ¿Su nombre? Julie Balagny. En 1999, dejó la capital por el viñedo. Hizo sus experimentos y estudios en Perpiñán y Cahors, devoró libros fundamentales para ella, descubrió la biodinámica y bebió sus primeros vinos naturales antes de hacerse cargo de la finca Terre des Chardons, cerca de Nimes, durante cuatro años. En una barbacoa, conoció a Marcel Lapierre. Luego a otros viticultores, como Yvon Métras, quien la animó a fundar su propia finca. Le encontró una parcela de tres hectáreas en Fleurie, en su región, Beaujolais, y la ayudó durante el primer año de su instalación, en 2009. 

© LOUIS-LAURENT GRANDADAM

Espíritu colectivo 

Sentada a gusto en el patio de su casa de Romanèche-Thorins, Julie Balagny no deja de insistir en la dimensión social, la idea de ayudarse los unos a los otros y la noción de transmisión, conceptos muy presentes en el Beaujolais natural. Al igual que la paradoja francesa, también existe una paradoja del Beaujolais: su vino nuevo, que se celebra cada tercer jueves de noviembre, ha dado a conocer la región a escala mundial, pero también la ha reducido a sus vinos primeur, que son, cuanto menos, anecdóticos. Sin embargo, son muchas las riquezas de esta región vitivinícola con doce denominaciones de origen, entre las que destacan diez crus ricos de magníficos terruños. En particular, fue una de las cunas de los vinos naturales y sigue siendo uno de los grandes proveedores en este segmento, ya que, siguiendo a los precursores (Marcel Lapierre, Yvon Métras, Jean Foillard, Jean-Paul Thévenet, Guy Breton, etc.) o incluso con su ayuda, los jóvenes viticultores no han dejado de instalarse aquí. Julie Balagny es la encarnación perfecta de este fenómeno y, a su vez, no duda en ayudar a los recién llegados y a los amigos. 

© LOUIS-LAURENT GRANDADAM

Una finca en movimiento  

En la actualidad, trabaja con 5,5 hectáreas en las denominaciones de Fleurie, Moulin-à-Vent y Beaujolais. Sin olvidar su sentido de comunidad, Julie parece omnipresente: arrancando con un pico las malas hierbas de una parcela de viñedos originaria de 1913, reformando su bodega, alimentando a sus gallinas y a sus ovejas, que en invierno pastan en el viñedo... Busca la textura en sus vinos, que efectivamente demuestran un carácter carnoso, cosecha uvas maduras, pero no en exceso, busca obtener taninos sin renunciar a cierta redondez... una prueba, entre otras, de que Beaujolais nunca permanece inmóvil. La imagen de un buen «vino ligero» que desde hace tiempo se asocia a su gamay va quedando atrás poco a poco y Julie participa plenamente en esta evolución. 

© ©LOUIS-LAURENT GRANDADAM

La selección de Taste France Magazine 

Fleurie – «En Remont» 2019 

Procedente de un terruño de granito y cuarzo en la denominación de Fleurie, este vino combina la dimensión alegre de la gamay con abundante frescura y una hermosa profundidad.  

Fleurie – «Cayenne» 2019 

Franqueza, pero también mucha sensualidad en este vino nacido en un terruño de granito y basalto, con viñas de 30 a 35 años de antigüedad. Nada de ostentación: solo placer y sinceridad a raudales, siempre con el carácter carnoso del vino característico de la finca. 

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