El Languedoc es único y variado. Único en su diversidad de paisajes y climas, y diverso por su mosaico de excepcionales terruños. En este extenso viñedo del sur de Francia, los/las viticultores/as sacan lo mejor de los rosados, blancos y tintos. Es como un «Eldorado del vino», en el que los productos ecológicos suelen ser legión. Echemos un vistazo a este mosaico de terruños del Languedoc. 

TFM_The terroirs of Languedoc: both singular and multiple_Charles Monier

Entre el mar y la tierra 

Imagínese el Mediterráneo, las montañas, las mesetas calcáreas, las laderas y los grandes espacios abiertos y protegidos. Eso es el viñedo del Languedoc. Sus 200 000 hectáreas de viñedos se extienden por dos territorios diferentes: por la llanura junto al mar y por las laderas del interior. El sol brilla una media de 200 días al año. En este clima mediterráneo, con veranos calurosos y secos, las cigarras cantan a pleno pulmón. Cuando llega el invierno, el tiempo es suave siempre y cuando no sople sobre los viñedos uno de los 8 vientos. 

El Languedoc cuenta con alrededor de treinta DOC (Denominación de Origen Controlada) como Corbières, Minervois, Limoux, Faugères, Terrases du Larzac, Pic Saint Loup y Picpoul de Pinet. Y con unas veinte IGP (Indicaciones Geográficas Protegidas), como la IGP Cité de Carcassonne, Cévennes y Vallée du Paradis. 

Los vinos producidos son tintos, blancos y rosados, dulces o secos, tranquilos o espumosos. 

La alquimia de los vinos de ensamblaje 

Esta diversidad permite cultivar una amplia gama de variedades de uva, desde tintos crujientes con sabor a frutos rojos y negros hasta blancos aromáticos y rosados de gastronomía o de verano. 

En las denominaciones del Languedoc, los ensamblajes son los protagonistas. Constituyen la alquimia de las variedades de uva que da lugar a unos néctares divinos. Tradicionalmente, en los vinos tintos predominan la uva syrah, la garnacha y/o la monastrell. La cariñena y la cinsault suelen añadirse también a estos caldos.  

La mayoría de los vinos blancos se componen de garnacha blanca, bourboulenc, clairette, piquepoul blanca, marsanne, roussanne y rolle. 

En cuanto nos alejamos de las denominaciones, nos aproximamos a las IGP, como Pays d'Oc. En ellas encontramos vinos monovarietales como los blancos 100 % viognier o chardonnay, así como los tintos y rosados 100 % cinsault. 

La alquimia de los suelos y las variedades de uva 

El trabajo de los viticultores resulta esencial para la expresión del terruño. Los suelos en los que se plantan las variedades de uva también contribuyen a esta expresión. Y en este aspecto, el Languedoc también es único y variado. Por ejemplo, la piedra caliza produce unos vinos vivos y de gran finura. Como en la denominación Pic Saint Loup, al norte de Montpellier, donde la syrah, variedad mayoritaria en la denominación, prospera en condiciones más frías. En el macizo calcáreo de La Clape, a las puertas de Narbona, en un lugar donde la lluvia se hace desear, la variedad de uva bourboulenc, de maduración tardía, es la que, con su piel gruesa, produce unos grandes blancos ricos y complejos. 

En Terrasses du Larzac, la geología es diversa con terrazas aluviales, calizas jurásicas, arenisca roja… Pero llama la atención la frescura de los vinos tintos de esta denominación. 

En las estribaciones del Alto Languedoc, los suelos de la denominación Faugères se componen exclusivamente de esquistos. Los viñedos traspasan esta piedra laminada para extraer de las profundidades del suelo todos los elementos que necesitan para producir unos vinos con una magnífica mineralidad. 

Viticultores comprometidos 

En el Languedoc, los protagonistas no son los castillos ni los crus, sino los viticultores. Estos trabajan duro para proteger su paisaje, su suelo, el agua y su biodiversidad. Estamos hablando de desarrollo sostenible, de agricultura ecológica, de sello de alto valor medioambiental, de certificación Terra Vitis... De hecho, esta región es pionera en agricultura ecológica y la mayor de Francia en superficie. Este Languedoc creativo se está preparando para el futuro. De hecho, cada vez se plantan más variedades como la garnacha gris, la piquepoul negra y la terret negra, ya que resisten bien el calor, y aportan frescura y el placer de catar esos vinos de ensamblaje. 

En esta región única y diversa del Languedoc, los vinos le transportarán a orillas de lagos como en Picpoul de Pinet, a la montaña en Château de Peyrepertuse en Corbières, a la ciudad en Grés de Montpellier o simplemente a la garriga. Cada uno le revelará su propio carácter y responderá a sus preferencias. Un Eldorado del vino. 

La selección de Anne Schoendoerffer 

Domaine L'Hermas - DOP Terrasses du Larzac - L'Hermas Tinto - Ecológico 

Un vino de potencia, finura y frescura. La uva predominante es la syrah, que nos hace la boca agua con sus notas de frutos rojos, de regaliz y de mentol. Se trata de un gran vino de terruño procedente de una parcela situada en una meseta caliza a 250 metros de altitud. 

Domaine Ollier Taillefer - AOP Faugères - Allegro Blanc - Ecológico 

Este blanco «Allegro» es una mezcla de roussane y de rolle, de cepas viejas y jóvenes, que crecen a 300 metros de altitud sobre esquisto. Su nariz alimonada y su mineralidad resultan explosivas y deliciosas.  

Anne Schoendoerffer’s selection 

Domaine L'Hermas - Terrasses du Larzac PDO - L'Hermas Rouge - Organic 
A wine with a great deal of power, finesse and freshness. The predominant Syrah captivates with its red fruits, menthol notes and liquorice. Produced on a limestone plateau at 250 metres in altitude, this fine wine exhibits its terroir. 

Domaine Ollier Taillefer - Faugères PDO - Allegro Blanc - Organic 
In this white wine we have Roussane and Rolle, old and young vines, which grow on schist at 300 metres in altitude. Its lemony nose and its minerality are explosive and joyful.  

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