Mostaza de Borgoña IGP

La mostaza de Borgoña IGP es una mostaza de fuerte a extrafuerte, elaborada a partir de granos de mostaza producidos localmente, a los que se añade un líquido compuesto por agua y al menos un 25 % de vino blanco de Borgoña AOC, sal, azúcar y especias. Esta denominación la convierte en la única mostaza que puede garantizar el origen geográfico de su producción y de sus ingredientes. El uso de vino blanco de Borgoña AOC en lugar de vinagre le aporta todo su sabor. 

Además del saber hacer tradicional de la región, la Mostaza de Borgoña IGP es fruto del clima borgoñón (veranos secos y soleados) y de los suelos ricos en potasio, que favorecen el cultivo de semillas de mostaza de calidad. 

Muy popular desde el siglo XVI, la calidad y la reputación de la mostaza de Borgoña aumentaron con la creación de una corporación de fabricantes de mostaza en el siglo XVII. Sin embargo, su éxito ha conllevado que se produzca en toda Francia con el nombre genérico de «mostaza de Dijon». En el siglo XX, la Comisión Europea favoreció el cultivo de la colza y el girasol, lo que provocó el declive de la mostaza, que tenía que importarse. No fue hasta la década de 1990 cuando se reactivó de forma considerable en el departamento francés de Côte-d'Or. La denominación Mostaza de Borgoña se convirtió en IGP en 2009.