Trucha francesa

La trucha es un pescado carnívoro de agua dulce de la familia del salmón. Todas las truchas que se comercializan en la actualidad en Francia se crían en piscifactorías, dado que la trucha salvaje está protegida y su venta está prohibida. Francia es uno de los principales países de cría de trucha en Europa y el primer productor europeo de trucha con la certificación «AB». La trucha es la primera especie de pescado criada en Francia. En nuestros mercados se encuentran principalmente dos especies: la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) y la trucha común (Salmo trutta fario). El CIPA (Comité Interprofesional de los Productos de la Acuicultura) francés ha iniciado un proceso en el que participan los consumidores, todas las partes interesadas del sector (productores, fabricantes, distribuidores) y WWF, con el fin de garantizar la calidad y la sostenibilidad de las piscifactorías francesas. 

Se cree que las truchas existen en Europa desde el retroceso de los glaciares, hace entre 10 000 y 120 000 años. Durante mucho tiempo, fue el pescado más consumido en el continente. En 1866, dos pescadores de los Vosgos inventaron la reproducción de la trucha en cautividad porque la trucha, víctima de su éxito, era cada vez más escasa. No obstante, la cría de truchas a gran escala comenzó en Dinamarca en el siglo XIX. La trucha arcoíris, originaria de América del Norte, se introdujo en Europa porque se adaptaba mejor a la acuicultura. Se está convirtiendo en la especie mayoritaria en Francia (abarca el 96 % de la producción), por delante de la trucha fario, la especie autóctona. Alrededor de la década de los sesenta del pasado siglo, la acuicultura se desarrolló en todo el mundo con la invención de los piensos para alimentar a los peces (en lugar de emplear para ello desechos de pescado) y un mayor control de los ciclos de reproducción.