Irouléguy, una pequeña denominación en alza

Por Pierrick Jegu

Sí, el País Vasco francés elabora su propio vino... ¡y no es un vino cualquiera! La pequeña denominación de Irouléguy, impulsada por unas cuantas fincas formidables, entre ellas Arretxea, de la familia Riouspeyrous, está demostrando su capacidad para producir vinos notables, ya sean tintos, rosados o blancos. Así lo comprobamos in situ.

Irouléguy: The little appellation with a big future

En el sudoeste del sudoeste, en la parte inferior izquierda del mapa de Francia, encontramos una pequeña región vitivinícola que demasiados ignoran todavía. Viajamos al interior del País Vasco francés para descubrir la denominación de origen Irouléguy, que debe su nombre a un pequeño pueblo cercano a Saint-Jean-Pied-de-Port. Aquí nos reciben paisajes verdes y ya montañosos: ¡viva los Pirineos! Las aldeas, con sus fachadas inmaculadas, contrastan con los postigos rojos o verdes de las casas rematadas con tejados de teja. Aquí, las vides siguen las curvas de un relieve entre suave y accidentado, y se plantan a veces en espectaculares terrazas para superar las pendientes extraordinariamente pronunciadas de ciertas laderas. ¡Una maravilla!

© ©LOUIS-LAURENT GRANDADAM

Una denominación pequeña, pero importante 

Con sus 240 hectáreas, Irouléguy puede parecer minúscula, aunque, además de los miembros de la bodega cooperativa, alberga una docena de fincas en bodegas privadas. Es la ilustración perfecta de que el interés de una región vinícola no se mide por su superficie. No en vano, Irouléguy demuestra un sorprendente dinamismo desde hace muchos años, con la creación de varias fincas dirigidas por jóvenes viticultores, como Elorri Reca y Brice Robelet, de la finca Bordaxuria, o Sébastien Clauzel y Cécile Sabah de la finca Gutizia. La mayoría de ellos se inscriben en un enfoque orgánico o biodinámico virtuoso, respetuoso con el medio ambiente, la vid y la uva. Antes de su llegada, otros dieron los primeros pasos para sacar a la denominación del anonimato, como las fincas Brana, Illaria y, sobre todo, Arretxea, de la familia Riouspeyrous.

© ©LOUIS-LAURENT GRANDADAM

Una bodega familiar destacada 

A fuerza de esforzarse por embotellar su terruño con gran sinceridad, precisión e inspiración, Thérèse y Michel Riouspeyrous han situado sus vinos entre los más cotizados del sudoeste francés. Una fama bien merecida habida cuenta la calidad de sus vinos. En Irouléguy, las bodegas ofrecen una producción tricolor. Vinos tintos elaborados con tannat, cabernet franc y cabernet sauvignon, bastante vigorosos, enérgicos, llenos de fruta en su juventud y algunos de ellos también aptos para una larga guarda. Con las mismas variedades de uva se elaboran rosados de color intenso, no exentos de profundidad: un mundo aparte de los rosados veraniegos de moda. Por último, las uvas gros manseng, petit manseng, courbu y petit courbu permiten crear vinos blancos de gran potencial. Los de la finca Arretxea son absolutamente sublimes, con la expresión marcadamente facetada y mineral del terruño, un delicado carácter aromático, y una energía, un equilibrio y una frescura directamente heredados de la práctica biodinámica.

© ©LOUIS-LAURENT GRANDADAM

Un enfoque sostenible 

Desde hace varios años, Thérèse y Michel les han pasado el relevo a sus hijos, que han vuelto al negocio tras hacer sus pinitos en otros lugares. A partir de ahora, bajo la mirada cómplice de sus padres, Iban y Téo-Bixente trabajan con los viñedos situados en su mayor parte por encima de la casa familiar, prestando atención a mantener una relación lo más estrecha posible con sus parcelas y a cultivar una preciosa biodiversidad. En la bodega, también ellos se ocupan de vinificar la hermosa materia prima obtenida con cada cosecha. Lejos de traicionar el fruto, lo acompañan hasta su maduración en toneles o dolias, pequeñas ánforas diseñadas con un alfarero local y algunos amigos viticultores. En definitiva, una transmisión tan fluida entre padres e hijos disipa cualquier temor sobre el futuro de la finca Arretxea, buque insignia de una denominación de origen que se vuelve un poco más emocionante con cada añada. ¡No la perdamos de vista! 

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La selección de Taste France Magazine 

Domaine Arretxea – Irouléguy – «Hegoxuri» 2020 

En este blanco se combinan tres variedades de uva (principalmente gros manseng, petit manseng y petit courbu) y dos terruños de arenisca y pizarra. El resultado es magnífico. El vino obtiene su gran elegancia de su equilibrio entre ternura y tensión, energía y precisión. 

 

Domaine Arretxea – Irouléguy - Rouge Tradition 2020 

Combinada con cabernet franc, la tannat es la variedad de uva principal de este vino, a la vez luminoso y vigoroso, pero sin pesadez ni prepotencia. ¡Afrutado, consistente y muy placentero! 

 

Domaine Arretxea – Irouléguy - «Haïtza» 2018 

El gran vino tinto de la finca, aún en su adolescencia. Se recomienda dejarlo que florezca tranquilamente en la bodega durante unos años, antes de disfrutar de una expresión muy franca, fina y profunda del terruño. 

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