Terruño del valle del Ródano: ancestral y diverso

Por Anne Schoendoerffer

La región vinícola del valle del Ródano, situada en la zona sureste de Francia, es una de las más prestigiosas y diversas del mundo. Entre llanuras y colinas, esculpidos por el Ródano, un río tumultuoso, terruño y vino son todo uno. Los caldos ligeros de los «grands crus» de guarda, tintos, rosados y blancos, recorren los terruños de estos vinos con una identidad muy marcada. 

Vallée du Rhone illustration

De ayer a hoy 

El viñedo del valle del Ródano se extiende, de norte a sur, 250 km junto a un protagonista fluvial: el Ródano. Se trata de uno de los viñedos más antiguos del mundo. La viña puebla esta región desde la Antigüedad y fueron los romanos los que desarrollaron su cultivo. Desde el siglo XIV, estos caldos, llamados por aquel entonces «vinos de reyes», han adquirido un renombre internacional.  

Actualmente, la región vinícola del valle del Ródano cuenta con 31 DOC (denominación de origen controlada), de las cuales 17 son cru (clasificación que tienen los vinos franceses por su calidad según donde se encuentre el viñedo). Se trata del segundo viñedo de Francia en volumen de vinos con denominación de origen, solo por detrás de Burdeos. 5000 explotaciones vinícolas gestionan más de 66 000 ha de viñas, es decir casi 70 000 campos de rugby.  

La paleta de sus caldos abarca todos los colores: desde suaves vinos blancos, rosados con una predominación del 76 % de uva tinta, vinos dulces naturales y espumosos. 

Esta gran región vinícola se divide en dos zonas bien diferenciadas: en el norte, el valle del Ródano septentrional y en el sur, el valle del Ródano meridional. Suelo, clima, cepas... todo es distinto entre estas dos tierras. 

Al norte, el valle del Ródano septentrional y sus célebres denominaciones  

En un clima templado, de influencia continental, la brisa, un viento frío y seco, se abalanza contra un valle encajonado. Las viñas se extienden por magníficas colinas estrechas y empinadas, a menudo dispuestas en terrazas sostenidas por muros de piedra. Los suelos son, en su mayoría, graníticos o pizarrosos.  

En estos terruños, las denominaciones son míticas. Côte-rôtie, Hermitage, Saint-Joseph,  Cornas… Apelan a la degustación de los grandes vinos tintos de guarda. En cuanto a los blancos, la denominación reina de la región norte del Ródano es Condrieu.Otra productora de blancos es la DOC Saint-Peray, que tiene una gran reputación por sus espumosos elaborados según el método tradicional. 

En la parte septentrional del valle solo se dan cuatro cepas. En el caso del tinto, se impone la syrah. Esta uva nos ofrece vinos aromáticos con una base de frutos rojos y negros, violeta y deliciosas notas especiadas a pimienta y regaliz, muy características de esta cepa. 

En cuanto a las variedades blancas, imperan la viognier, marsanne y roussanne. La viognier resulta dulce en boca. Su nariz, perfumada y a veces exhuberante, presenta un aroma a frutas amarillas, como el mango, la pera y el albaricoque, y a flores blancas como el iris. Este aroma está siempre presente en los vinos con denominación Condrieu y Château-Grillet. En la denominación Côte-rôtie, a veces se le añade de forma vanguardista a la syrah. 

La roussanne, muy delicada, emana aromas florales a madreselva e iris. Normalmente se combina con la potente marsanne, que presenta unos aromas a frutos secos como en las denominaciones de Saint-Joseph o Hermitage.  

© Charles Monnier

Al sur, el valle del Ródano meridional 

Al sur, comienza el Mediodía francés. Con 2800 horas de sol al año y un viento seco y violento, el mistral, que despeja las nubes y reduce la humedad. La región vinícola meridional se dibuja en mesetas y colinas de suaves pendientes. Sus suelos son arcillosos y pedregosos, arenosos y de cantos rodados.  

Aquí se vinifican las cepas durante el ensamblaje. De la uva tinta, la reina es la dulce y generosa garnacha. El resultado son unos vinos con aromas a frutos negros, como la grosella y la mora. Tras su envejecimiento, destacan notas a especias y a garriga. Suele ensamblarse con la syrah, la monastrell o incluso la cinsault y la cariñena. Dentro de la prestigiosa denominación Châteauneuf-du-pape, podemos encontrar 13 cepas distintas en el ensamblaje de los vinos tintos y blancos. La garnacha negra es la que domina el panorama de los tintos. Se planta en unos suelos magníficos y asombrosos de cantos rodados que en su día fueron arrastrados por el Ródano y que absorben el calor del suelo durante el día y lo liberan de noche.  

En este valle del sur, los rosados suelen ensamblarse con las mismas cepas que los tintos. Es el caso de la denominación Tavel, la DOC más antigua de Francia dedicada exclusivamente a los vinos rosados. 

Para el blanco, la alquimia se consigue con la garnacha blanca, la clairette, la bouroulenc, la roussanne, la marsanne o la vermentino entre otras. 

Esta región vinícola ancestral ha desempeñado un papel activo en la creación de las denominaciones vinícolas francesas como prueba de calidad de sus vinos. De norte a sur, de Condrieu a Châteauneuf-du-pape o a Gigondas pasando por Côtes du Rhône, sus vinos presentan un carácter seguro y con el color de su tierra. Potentes o ligeros, ofrecen una experiencia gustativa única que refleja su diversidad y el saber hacer de sus viticultores.  

La selección de Anne Schoendoerffer

Domaine Gangloff - DOC Côte Rôtie – La Barbarine

Este Côte Rôtie pertenece a uno de los mejores vinos de syrah del mundo. Nos ofrece unos potentes aromas a grosella, violeta, pimienta y regaliz. En boca es a la vez goloso y redondo. Un vino excepcional.


Domaine du Vieux Télégraphe - DOC Châteauneuf-Du-Pape Contrôlée - Vieux Télégraphe Rouge

Un cuvée emblemático de esta denominación. Un ensamblaje del 65 % de garnacha negra con monastrell, syrah, cinsault y clairette. Este vino intenso presenta una textura magnífica con aromas a pimienta, cereza negra, balsámico y grosella. Resulta largo en boca. Un gran cru.

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